Sin miedo sientes que la suerte está contigo (...)
Haciendo a cada paso lo mejor de lo vivido (...)
No hay sueños imposibles ni tan lejos
Sin miedo a la locura, sin miedo a sonreir
Cuando me pongo nerviosa, me entra la risa. Y así llevo unos días, sonriéndome a mí misma cada vez que me imagino en Guatemala. Nervios por no saber lo que me espera al otro lado del charco, sonrisa por haber tomado la decisión de cruzarlo. Nervios por tener que empezar otra vez de cero, sonrisa por haber elegido esta vida: hoy aquí, mañana allí.
París, Estrasburgo, Bruselas y, ahora, Quetzaltenango. No es fácil vivir con la maleta a cuestas y asumir que, al menos por una temporada, tu vida es una mudanza continua. Pero como dice la canción de Rosana, hay que hacer a cada paso lo mejor de lo vivido. Y por ello, cada vez que empiezo de cero, lo hago con la misma ilusión con la que me fuí a París aquel 10 de septiembre de 2012.
De eso se trata la vida, de vivir intensamente, de exprimir al máximo cada oportunidad que aparece en el camino. Y yo esto me lo he tomado al pie de la letra. Mi oportunidad ahora está en Guatemala. Cuando se me presentó la posibilidad de irme a trabajar unos meses allí, ni siquiera lo dude. Un sueño más hecho realidad. Sueño que me gustaría compartir con vosotros.
A través de Cómo sobrevivir en Guatemala quiero enseñaros un país del que todo el mundo habla maravillas. Un país que me muero de ganas por descubrir, y mejor si es con vosotros. Porque, al igual que me sucedió Cómo sobrevivir en París, gracias a la excusa de escribir este blog me obligo a conocer al dedillo cada lugar que visito.
Ya lo dice la canción: Vamos Guatemala, la fiesta te espera!
Así que, bienvenidos y... ¡que empiece la fiesta!
Ce.
(Hacía tanto tiempo que no me sentaba a escribir, qué placer volver...)
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