Color, color y color. Eso es la Semana Santa en Guatemala: puro color. La más conocida es la de Antigua, sus alfombras de flores deben de ser tan espectaculares como la cantidad de gente que hay en estos días. Y puesto que yo no soy muy amiga de las aglomeraciones, he sido feliz al poder conocer la de Xela.
Mis amigas y familia siempre me dicen que soy muy exagerada, que para mí cada cosa que conozco es lo mejor y más bonito del mundo. Bueno, pues esta vez os prometo que es verdad.
Hay alfombras de flores por toda la ciudad, y prácticamente a todas horas. Son de serrín, frutas, hojas, pino... Y como me dijo el otro día una mujer, "es un arte efímero". Las hacen para cada procesión, éstas pasan por encima, se limpia todo, y vuelta a empezar para la siguiente procesión.
Los pasos son inmensos. Pero lo cierto es que, viniendo de Valladolid, no hay pasos que me puedan impresionar más que los de Gregorio Fernandez. Porque eso, señores, es otro nivel. Pero este color que tiene Guatemala, también.
Que tengáis un buen día!!
Ce.
Ce.
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